Lesiones más Comunes al Correr, el deporte de moda – Running; Cada vez son más las personas que nunca antes han corrido que se animan a practicar el deporte de moda, el running.

Correr es una gran manera de mantenerse en forma. Puede ayudar a mejorar la salud considerablemente. Los expertos aseguran que hay estudios que demuestran que correr mejora el sistema inmunológico, disminuye la coagulación de la sangre, aumenta los niveles de colesterol y mejora la capacidad cardiorrespiratoria. De hecho, muchos médicos recomiendan correr para personas con diabetes en etapa temprana, presión arterial alta o riesgo de sufrir un ataque al corazón. Además de reducir mucho el riesgo de sufrir un infarto, es uno de los mejores deportes para adelgazar.

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Al correr, el cuerpo libera y consume el exceso de energía y hormonas. Las hormonas liberadas por el cerebro durante la carrera combaten la depresión. Por ello, correr es muy beneficioso para el cuerpo y la mente ya que aporta más energía y una mejor predisposición a los retos de la vida, además de una potente mejora de la autoestima.

Las lesiones más comunes al correr

Correr puede tener consecuencias adversas para la salud, ya que con frecuencia pueden ocurrir lesiones cuando se comienza sin el conocimiento y las precauciones adecuadas.
  • Tendinitis rotuliana: Es una inflamación y degeneración del tendón anterior de la rodilla que conecta la rótula con la pierna y se manifiesta como dolor debajo de la rótula, principalmente al doblar la rodilla. Se produce por sobrecarga tendinosa provocada por movimientos repetidos. Para evitarlo, es necesario estirar los cuádriceps y los músculos de las piernas, además de acortar la zancada. Una banda o grupo infraotuliano puede ayudar. La lesión avanzada del tendón rotuliano puede requerir cirugía.
  • tendinitis de Aquiles: Otra de las lesiones más comunes al correr es la tendinitis de Aquiles. Ocurre cuando los músculos de la parte posterior de la pierna (pantorrillas y sóleo) tienen poca elasticidad o durante la carrera regular sobre superficies duras. Esto provoca dolor en el extremo inferior de la pantorrilla, por encima del talón. Para evitar esto, es importante estirar bien y evitar correr sobre superficies duras. El hielo puede aliviar la inflamación. Las lesiones de grado avanzado pueden requerir tratamiento quirúrgico.
  • Desgarro fibrilar en los isquiotibiales: La sacudida fuerte o violenta de los isquiotibiales, ubicados en la parte posterior del muslo, puede desgarrar las fibras musculares. Para prevenir esta lesión, es importante estirar y fortalecer estos músculos mediante ejercicios específicos.
  • fascitis plantar: Esta lesión suele causar molestias alrededor del talón y se presenta especialmente en personas con sobrepeso, que trabajan de pie o que usan calzado inadecuado para correr. Para evitar esta lesión, es importante utilizar zapatillas específicas para correr y reducir el exceso de peso. Si la lesión empeora, hay degeneración y calcificaciones en la fascia plantar que pueden requerir cirugía.
  • Férulas de Shin: Inflamación del periostio de la tibia, que es una membrana muy dura y gruesa que la rodea. Esta lesión famosa por correr provoca dolor en el interior de la pierna y puede aparecer al cambiar a un entrenamiento más intenso. Para evitarlo, debes entrenar gradualmente, evitando las superficies duras. La periostitis también mejora con hielo y antiinflamatorios locales.
  • Síndrome de la banda iliotibial o rodilla del corredor: Es una de las lesiones más comunes en el corredor. La inflamación de esta estructura tendinosa que conecta la cadera con la rodilla provoca molestias en la parte externa de esta última. Para evitarlo, hay que evitar los desniveles y acortar la zancada. También se debe considerar el uso de plantillas para corregir una mala posición del pie al caminar.lesiones más comunes al correr en asfalto
  • Fractura por fatiga del metatarsiano: Es la fractura de uno o varios metatarsianos, normalmente los centrales, como consecuencia del impacto continuado durante la carrera. Provoca un dolor intenso en el antepié que obliga a dejar de caminar. Es una lesión de larga evolución que requiere reposo del paciente hasta su curación.
  • Condromalacia rotuliana: Reblandecimiento del cartílago que recubre la rótula. Suele ocurrir por inestabilidad o mala posición de la rótula en su articulación con el fémur. Para evitar esta lesión, es necesario entrenar gradualmente y corregir las desviaciones de las piernas o de la rótula.

Cómo prevenir lesiones al correr

En general, para prevenir este tipo de lesiones, es importante practicar de forma gradual, así como estirar y fortalecer los músculos. Los especialistas proponen una serie de principios básicos o Consejo a tomar en cuenta:

  • Hacer un buen calentamiento. Es importante empezar a entrenar con un calentamiento muscular para evitar lesiones musculares y de ligamentos. Un calentamiento de cinco a diez minutos también ayuda a eliminar el ácido úrico y prevenir el dolor muscular.
  • Realizar estiramientos para mejorar y mantener la flexibilidad. El estiramiento es esencial para mantener la flexibilidad, lo que ayudará a prevenir lesiones de ligamentos y tendones y, por lo tanto, mejorará el rendimiento deportivo. El estiramiento lleva tiempo y debe incluir todas las articulaciones y extremidades. Cada estiramiento debe mantenerse durante 30 segundos.
  • Evite correr excesivamente en terrenos duros como el asfalto. Los suelos blandos como la tierra o la hierba amortiguan y protegen las juntas.
  • Principio de progresión. No exijas desde el principio distancias y ritmos que no aguantas. El nivel de entrenamiento debe progresar poco a poco.
  • Variar el entrenamiento. Combina actividades cardiovasculares con correr para evitar impactos y lesiones continuas.
  • Comience con caminatas rápidas y alterne con trote, lo que se conoce como jogging.
  • Beba suficiente agua: antes, durante y después del ejercicio.
  • Si el corredor tiene más de 40 años, sobrepeso, una enfermedad crónica o no ha hecho ejercicio durante mucho tiempo, debe Haz un trabajo cardiovascular antes de empezar a correr. Los protocolos de cribado permiten identificar a las personas con riesgo cardiovascular durante la actividad física.
  • Realizar un estudio de huella, analizar la biomecánica de los pies y corregirla si es necesario mediante soportes o plantillas correctoras.
  • Utilizar el buen tipo de zapatillas. Los zapatos deben adaptarse a cada tipo de pie y estilo de carrera.

Esguince de tobillo y lesiones ligamentarias

Los esguinces de tobillo son una de las lesiones más frecuentes en los corredores, y pueden variar en gravedad desde una ligera torcedura hasta una lesión más severa que involucre daños en los ligamentos. Estas lesiones suelen ocurrir cuando el pie aterriza en una posición inadecuada o se dobla de manera anormal, lo que provoca un estiramiento excesivo o desgarro en los ligamentos que conectan los huesos del tobillo. Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de esguinces de tobillo incluyen correr en superficies irregulares, fatiga muscular y falta de estabilidad en el tobillo.

Síntomas comunes de un esguince de tobillo incluyen dolor, hinchazón, rigidez y dificultad para caminar o apoyar peso en el pie afectado. Si experimentas alguno de estos síntomas después de correr, es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y tratamiento.

El tratamiento de los esguinces de tobillo puede variar según la gravedad de la lesión y puede incluir descanso, aplicación de hielo, compresión, elevación del pie y, en casos más severos, inmovilización o cirugía. La rehabilitación adecuada es crucial para la recuperación, y puede incluir ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, así como trabajo de equilibrio y propiocepción para prevenir futuras lesiones.

Fascitis plantar y dolor en el arco del pie

Otra de las lesiones más comunes al correr es la fascitis plantar. La fascitis plantar es una afección común entre los corredores que se manifiesta como dolor en el arco del pie y en el talón, debido a la inflamación de la fascia plantar, un tejido fibroso grueso que conecta el talón con los dedos del pie. Este tejido ayuda a absorber el impacto y a mantener el arco del pie, pero puede verse sometido a tensión excesiva por diversas razones, como el aumento repentino de la actividad física, el uso de calzado inadecuado o la presencia de pies planos o arcos muy pronunciados.

Los síntomas de la fascitis plantar incluyen dolor agudo en el talón o en el arco del pie, que suele ser más intenso por la mañana al dar los primeros pasos. El dolor también puede agravarse después de periodos de inactividad o al aumentar la actividad física.

El tratamiento de la fascitis plantar implica, en primer lugar, identificar y abordar la causa subyacente. Esto puede incluir la implementación de un programa de estiramiento y fortalecimiento enfocado en la fascia plantar y los músculos de la pantorrilla, la modificación de la técnica de carrera, el uso de calzado adecuado y, en algunos casos, la incorporación de soportes ortopédicos. Además, medidas como la aplicación de hielo, el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y la realización de masajes pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir la inflamación.

La prevención de la fascitis plantar es esencial para mantener una experiencia de carrera saludable y libre de dolor. Algunos consejos para prevenir esta afección incluyen:

  • Realizar un calentamiento adecuado antes de correr y estirar los músculos de las piernas y los pies después de la actividad física.
  • Aumentar gradualmente la intensidad y duración de los entrenamientos, evitando cambios bruscos en la rutina de ejercicio.
  • Elegir calzado adecuado para correr, con buen soporte para el arco y amortiguación suficiente.
  • Mantener un peso saludable, ya que el exceso de peso puede ejercer presión adicional sobre la fascia plantar.
  • Prestar atención a la superficie en la que se corre, evitando superficies excesivamente duras o irregulares.

Tendinitis de Aquiles y lesiones en el tendón

La tendinitis de Aquiles es una lesión frecuente en corredores, que se caracteriza por la inflamación, irritación y dolor en el tendón de Aquiles, el cual conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Esta lesión puede ser causada por diversos factores, como el aumento repentino de la intensidad o distancia en los entrenamientos, una técnica de carrera inadecuada, el uso de calzado inapropiado o una falta de flexibilidad en los músculos de la pantorrilla.

Los síntomas de la tendinitis de Aquiles pueden incluir dolor y rigidez en la parte posterior del tobillo, especialmente durante y después de correr. La zona afectada también puede estar sensible al tacto y mostrar signos de inflamación.

Dolor en la rodilla: síndrome de la banda iliotibial y condromalacia rotuliana

El dolor en la rodilla es una queja frecuente entre los corredores y puede ser causado por diversas afecciones, dos de las más comunes son el síndrome de la banda iliotibial (SBI) y la condromalacia rotuliana.

Síndrome de la banda iliotibial (SBI): El SBI se debe a la irritación e inflamación de la banda iliotibial, un tejido fibroso grueso que se extiende desde la cadera hasta la parte externa de la rodilla. Esta afección puede ser causada por una fricción excesiva entre la banda iliotibial y el hueso del fémur, especialmente durante la flexión y extensión repetida de la rodilla al correr. Factores que pueden contribuir al SBI incluyen una técnica de carrera inadecuada, desequilibrios musculares, calzado inapropiado y aumento repentino de la intensidad o distancia en los entrenamientos.

Condromalacia rotuliana: Esta afección se caracteriza por el desgaste y reblandecimiento del cartílago que se encuentra debajo de la rótula, lo que provoca dolor en la parte anterior de la rodilla. La condromalacia rotuliana puede ser causada por una mala alineación de la rótula, debilidad en los músculos del cuádriceps, traumatismos en la rodilla o sobrecarga en la articulación debido a actividades físicas repetitivas.

El tratamiento para estas afecciones de rodilla puede variar según la causa y gravedad, pero generalmente incluye descanso, aplicación de hielo, uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y la realización de ejercicios específicos de fortalecimiento y estiramiento para mejorar la movilidad y equilibrio muscular. También es esencial evaluar y corregir la técnica de carrera y asegurarse de utilizar el calzado adecuado para prevenir futuras lesiones.

Lesiones musculares: desgarros y distensiones en gemelos, isquiotibiales y cuádriceps

Las lesiones musculares son frecuentes en corredores y pueden afectar diversos grupos musculares, siendo los gemelos, isquiotibiales y cuádriceps los más comúnmente involucrados. Estas lesiones pueden variar desde distensiones leves hasta desgarros más severos y suelen ser el resultado de sobrecarga, fatiga, falta de calentamiento o estiramiento adecuado, o de un aumento repentino en la intensidad o duración de los entrenamientos.

Los síntomas de una lesión muscular pueden incluir dolor agudo o persistente, hinchazón, debilidad muscular y limitación en el rango de movimiento. En casos de desgarros más severos, también puede haber un hematoma visible y dificultad para realizar actividades cotidianas.

El tratamiento de las lesiones musculares depende de la gravedad y la localización de la lesión. En general, se recomienda seguir el enfoque RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) durante las primeras 48 a 72 horas después de la lesión. Además, la fisioterapia y la realización de ejercicios específicos de rehabilitación pueden ser útiles para mejorar la movilidad y fortalecer los músculos afectados. En casos más severos, puede ser necesaria la intervención médica o quirúrgica.

Fracturas por estrés en tibia, metatarsos y fémur

Las fracturas por estrés son lesiones comunes en corredores y se caracterizan por la aparición de pequeñas fisuras en los huesos, generalmente como resultado de la aplicación repetitiva de fuerzas de impacto. Entre los huesos más afectados en corredores se encuentran la tibia, los metatarsos y, en menor medida, el fémur.

Estas lesiones suelen ser causadas por un aumento repentino en la intensidad o duración de los entrenamientos, correr en superficies duras, el uso de calzado inadecuado o la falta de descanso y recuperación adecuados. Además, factores como la debilidad muscular, desequilibrios biomecánicos y una dieta insuficiente en nutrientes esenciales, como el calcio y la vitamina D, pueden aumentar el riesgo de sufrir una fractura por estrés.

Los síntomas de las fracturas por estrés incluyen dolor localizado en el área afectada que tiende a aumentar con la actividad y disminuir con el reposo, hinchazón y sensibilidad al tacto en el sitio de la lesión. Es importante consultar a un médico o fisioterapeuta si se sospecha de una fractura por estrés, ya que el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir complicaciones.

El tratamiento de las fracturas por estrés generalmente implica un período de reposo y reducción de la actividad física, seguido de un programa de rehabilitación gradual y supervisado que incluye ejercicios de fortalecimiento y estiramiento. En casos más severos, puede ser necesario el uso de dispositivos ortopédicos o la intervención quirúrgica.

Lumbalgia y lesiones en la columna vertebral

La lumbalgia y las lesiones en la columna vertebral pueden afectar a los corredores debido al impacto repetitivo y las fuerzas transmitidas a través de la columna durante la actividad física. Estas afecciones pueden ser resultado de una mala postura al correr, debilidad en los músculos del tronco, desequilibrios musculares, técnica inadecuada o correr en superficies irregulares.

Los síntomas de la lumbalgia y lesiones en la columna vertebral incluyen dolor en la zona lumbar, rigidez, limitación del movimiento y, en algunos casos, irradiación del dolor hacia las piernas. Además, la lumbalgia puede agravarse durante la actividad física y mejorar con el reposo.

El tratamiento para la lumbalgia y las lesiones en la columna vertebral puede variar según la causa y la gravedad de la lesión. En general, se recomienda un enfoque conservador que incluya reposo, aplicación de hielo o calor, uso de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, así como fisioterapia y ejercicios de rehabilitación. El fortalecimiento de los músculos del tronco y la corrección de la técnica de carrera también son aspectos clave para prevenir y tratar este tipo de lesiones.

Para minimizar el riesgo de lumbalgia y lesiones en la columna vertebral en corredores, es importante adoptar medidas preventivas como:

  • Prestar atención a la técnica de carrera y mantener una postura adecuada.
  • Fortalecer los músculos del tronco y la espalda baja mediante ejercicios específicos.
  • Realizar estiramientos y movilización articular para mejorar la flexibilidad y reducir tensiones.
  • Elegir calzado adecuado y adaptado a las necesidades biomecánicas de cada corredor.
  • Prestar atención a las superficies en las que se corre y evitar terrenos irregulares o excesivamente duros.

¿Qué músculos duelen al correr?

Correr puede causar dolor en varios músculos debido al impacto continuo sobre el cuerpo. Algunos de los músculos más comunes que pueden doler al correr incluyen:

  1. Pantorrillas: Los músculos gastrocnemio y soleo en las pantorrillas son responsables de la flexión plantar del pie y son los principales propulsores al correr. Estos músculos pueden sentirse tensos o adoloridos después de una carrera larga o intensa.
  2. Cuádriceps: Los músculos cuádriceps en la parte frontal de la pierna son responsables de la extensión de la rodilla y pueden sentirse doloridos después de una carrera intensa o cuando se suben pendientes.
  3. Isquiotibiales: Los músculos isquiotibiales en la parte posterior de la pierna son responsables de la flexión de la rodilla y pueden sentirse doloridos después de una carrera intensa o cuando se corre sobre un terreno irregular.
  4. Glúteos: Los músculos glúteos en el trasero son responsables de la extensión de la cadera y pueden sentirse doloridos después de una carrera intensa o cuando se corre sobre un terreno irregular.
  5. Abdominales: Los músculos abdominales son responsables de la estabilidad de la columna vertebral y pueden sentirse doloridos después de una carrera intensa debido a la vibración constante.

Es importante recordar que el dolor muscular después del ejercicio es una respuesta normal y no es necesariamente una lesión. Sin embargo, si el dolor es severo o persiste, es importante descansar y buscar atención médica.

¿Qué nombre recibe la lesión que habitualmente molesta a los corredores?

La lesión más común entre los corredores se conoce como síndrome de sobreuso de estrés (SSE) o síndrome de estrés tibial medial (SMTS), también conocido como síndrome de estrés tibial posterior (SPTS) o síndrome de estrés del corredor. Esta lesión se produce cuando los músculos, tendones y huesos de la pierna no pueden soportar el impacto continuo y la repetición del movimiento al correr, lo que resulta en dolor, inflamación y microdesgarros en la tibia (hueso del muslo) y/o en los tendones que se unen a ella. El dolor se siente generalmente en la parte interna de la pierna, y suele empeorar al correr en pendientes o en terreno irregular, y al aumentar la distancia de carrera. El tratamiento suele incluir descanso, fisioterapia, y puede necesitar una cirugía en casos graves.

El síndrome de la banda iliotibial (ITBS) es otra lesión común entre los corredores. La banda iliotibial es un tendón que se extiende desde la parte superior de la pierna hasta la parte exterior de la rodilla, y ayuda a estabilizar la rodilla al correr. El síndrome de ITBS se produce cuando el tendón se inflama debido a la fricción repetitiva contra el hueso del fémur (hueso de la pierna). Esta lesión suele ocurrir debido a una mala técnica de carrera, un aumento repentino en la distancia de carrera, o un desequilibrio muscular en la pierna. El dolor se siente en la parte exterior de la rodilla y suele empeorar al correr en pendientes o en terreno irregular. El tratamiento suele incluir descanso, fisioterapia, ejercicios de fortalecimiento para los músculos de la pierna y la cadera, y ajustes en la técnica de carrera. En casos graves, puede requerir cirugía.

¿Cómo saber si estás corriendo mal?

Hay varios indicadores que pueden indicar que estás corriendo de manera incorrecta, algunos de los cuales incluyen:

  1. Dolor en las piernas o en la espalda: Si sientes dolor en las piernas o en la espalda mientras corres, es posible que estés utilizando una técnica de carrera inadecuada.
  2. Fatiga rápida: Si te cansas rápidamente mientras corres, es posible que estés corriendo de manera incorrecta.
  3. Pisada incorrecta: Si tus pies golpean el suelo de manera incorrecta, es posible que estés utilizando una técnica de carrera inadecuada.
  4. Postura inadecuada: Si tu postura es inadecuada mientras corres, es posible que estés causando tensión innecesaria en tus músculos y articulaciones.
  5. Respiración difícil: Si tienes dificultad para respirar mientras corres, es posible que estés utilizando una técnica de carrera inadecuada.

Es importante recordar que el dolor de las lesiones de corredor suelen tardar en aparecer, por lo que es importante tener una buena técnica desde el principio y fortalecer los músculos necesarios para evitar lesiones.

¿Cómo se debe correr para no lesionarse?

Existen varias medidas que se pueden tomar para evitar lesiones al correr:

  1. Calentamiento adecuado: Es importante hacer un calentamiento adecuado antes de comenzar a correr, para preparar los músculos y las articulaciones para el ejercicio.
  2. Técnica de carrera correcta: Es importante aprender una técnica de carrera correcta, ya que una técnica inadecuada puede aumentar el riesgo de lesiones.
  3. Fortalecimiento muscular: Es importante fortalecer los músculos necesarios para correr, como los músculos de las piernas y la cadera, para evitar lesiones.
  4. Aumento gradual de la distancia: Es importante aumentar gradualmente la distancia que se corre, para evitar sobreesfuerzos innecesarios.
  5. Descanso adecuado: Es importante darle al cuerpo el tiempo necesario para recuperarse después de correr, ya que el cuerpo necesita tiempo para reparar y fortalecerse.
  6. Calzado adecuado: Es importante utilizar calzado de running adecuado que se adapte a tus necesidades, puesto que el calzado inadecuado puede aumentar el riesgo de lesiones.
  7. Evitar superficies duras y con pendientes: Es importante evitar superficies duras y con pendientes, porque estas pueden aumentar el riesgo de lesiones.
  8. Escuchar a tu cuerpo: Es importante escuchar a tu cuerpo y detenerte si sientes dolor o malestar.

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Vídeo: Lesiones más Comunes al Correr, el deporte de moda – Running

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